miércoles, 21 de julio de 2010
Querida Tití
Querido sobrino ..... Una vez te escribí y no se
si la recibiste estas mismas palabras y hoy vuelvo a repetirlas No
mires hacia atrás No te detengas en tu marcha Después de todo nada
puedes hacer por el pasado Hoy es una cosa nueva, intocada y recién
surgida del seno del tiempo No mires hacia atrás..... emprende una nueva jornada teniendo la vista hacia mañana Húndete en el infinito horizonte en los días que vendrán y ... no mires hacia atrás Olvida los rencores. No recuerdes más tu dolor , no vale la pena que te tortures acariciando tus recuerdos Nada volverá , nadie puede resucitar lo que no existe.... y lo que pasó queda tendido en el gran féretro del tiempo No mires hacia atrás...
no vuelvas tu cabeza sonríe esperanzado en lo que llega, recoge las
promesas que vendrán, y olvida todo el dolor que quedó prendido de otras
horas No mires hacia atrás Tití. 1980 ... Querida Tití Te escribo esta carta después de tanto tiempo que no te escribía , sabés
muy bien que nunca te olvido, pero tenía la necesidad de decirte que
desde que te fuiste me costó mucho recuperarme y acomodar mis
pensamientos, llenar ese vacío que quedó al no poder oír tu voz y no
verte. He seguido tus sueños tal cual tú me los insertases en
mi vida, logré realizarlos tal cual tus deseos, los viajes, la
situación económica y sobre todo el amor de mi vida, la mujer perfecta
para mí, la encontré en París y en el primer momento que la vi supe que
era ella, tú me la habías descrito tal cual, y no me fue difícil de
reconocerla, te diré que fueron 28 años de felicidad, de despertar cada
mañana dándole gracias a Dios por tanta dicha, por tal regalo del cielo.
Es verdad que pasamos los sinsabores de la vida, momentos duros y de
los otros, pero eso fue lo que más fuerte nos hizo, juntos vencimos
todas las tormentas ,
le pusimos luz a la obscuridad y sonrisa a la desgracia, juntos
luchamos y juntos vencimos. Fueron duros momentos cuando lo económico
golpeó nuestra casa, y duro los problemas que se fueron presentando,
pero te diré tía mía, que tus consejos me iluminaron siempre, y con los
recuerdos de tu amor fuiste mi guía, fuiste el oasis en todo momento. No
te sentí como una madre si no como “mi madre” aún conservo tu última carta en la cual me escribes con toda la ternura que solo una madre puede escribir , consolándome por la muerte de mi padre, tu hermano, y a la cual la guarde hace ya 30 años. Hoy es otro tiempo, hoy es otro desafío, la mujer que hubiese deseado con toda el alma que hubieses conocido, aquella que fue la luz de mis ojos y que te aseguro que si la hubieras conocido te hubieras sentido orgullosa de mí por elegir tan bien y feliz de ver la joya que se llevó este pirata. Pero no todo es eterno, y ayer me dijo que su amor por mí se había apagado, querida Tití,
estoy triste porque vi llorar a mi hija, porque debo seguir mi vida sin
la que tanto amé, pero el amor mío no se apaga y si ese es su deseo así
será, he hundido en las cenizas de lo que fue, el futuro de lo que
hubiera sido, fiel a lo que tú me enseñaste respetaré los deseos de la
que fue mi Julieta. Disfrazaré con risas de payaso la tristeza del
corazón. Doy gracias igual a la vida por estos tantos años maravillosos de felicidad y amor ,
escribirte me da esa sensación de paz como que estás aquí poniéndome
una mano en el hombro repitiendo lo que tanto me ayudo en mis días
tristes, y te prometo que no miraré para atrás, aunque la tentación sea
grande miraré para adelante, esperando que en el horizonte aparezca
nuevamente el sol, aprendiendo a vivir sin su amor. 2010
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