Se despertó sintiendo como le faltaba el aire, la garganta seca y la nariz tapada, se sentó en la cama con desesperación abriendo grande la boca para que entrara aire, respiró varias veces, haciendo inflar el pecho y expulsando el aire para volver a llenar los pulmones . Con las manos apoyadas hacia atrás se desesperaba tratando de respirar más fuerte, pero en la garganta inflamada no entraba el aire suficiente y la saliva congestionaba, dificultando la respiración, trató de levantarse, pero las fuerzas lo abandonaron y cayó de espaldas en el lecho, no podía pensar , solo se ahogaba sin poder toser para descongestionar la garganta , trato de calmarse y respirar suavemente , pero los nervios y la falta de oxígeno lo fue venciendo. Ya no pensó , ya no supo quién lo contagió, ya no supo donde y ya tampoco importaba haber desatendido las recomendaciones . Gasto la sola vida que tenía
Leonardo
