martes, 17 de diciembre de 2013

La rutina es algo que no tiene principio ni fin. Cada mañana me despertaba antes de que el reloj despertador sonara, apenas el sol hacía huir a las tinieblas, yo abría mis ojos y la encontraba a mi lado, la observaba con sus ojitos cerrados y así me quedaba observándola, amándola, venerándola, hasta que el ring furioso me exigía que abandonara el lecho , salía rápidamente agarrando en el camino la ropa y cuando ya estaba vestido corría a la parada del autobús , apenas llegaba al trabajo le envía un sms, otro a las 10 otro a las 12 , otro a las 14 y otro a las 16, este último lo enviaba junto al pitido de la fábrica anunciando el término de la jornada laboral, y así salía corriendo deseando estar con ella otra vez , la angustia me embargaba cuando el bus se retrasaba por la locomoción, y apenas podía contenerme de no salir corriendo , pero me frenaba pensando en ella y sabiendo que en el transporte colectivo llegaría más rápido, cada día se me cruzaba a la idea hacer lo mismo y cada día me quedaba nervioso esperando, cuando llegaba a mi destino salía corriendo nuevamente hasta mi casa, con el corazón latiendo fuertemente y jadeando , abría la puerta y entraba raudo hasta la habitación donde estaba ella y me recostaba a su lado contándole todo lo que había pensado de ella y de como la había imaginado mil veces y de como deseaba este momento así juntos los dos. La rutina es algo que no tiene principio ni fin. Desde aquel día en que estaba recostado con ella y llegaron aquellos salvajes, gritando , golpeando las puertas y ventanas, y cuando me levanté para decirles que no hicieran ruido para no despertarla, me golpearon, me empujaron, me insultaron, y luego me arrastraron lejos de ella, se me cerró el entendimiento y ninguna de aquellas voces llegaban a mi cerebro con claridad, nada entendía, ni cuando me hablaba el de azul , ni el del traje , ni el de barba. La rutina regresó o estaba ahí ? Cada mañana me despierto con un rayo de sol que da sobre mis ojos, el mismo que hace huir a las tinieblas, pero no me despabila, pienso en ella y la extraño, me la imagino a mi lado y me parece verla con sus ojitos cerrados, su carita blanca, y su pelo peinado yaciendo tiernamente en el lecho. Más tarde llegan ellos , me traen de comer y muchas pastillas, las trago así puedo salir hasta donde está el árbol, donde tiene un nudo me detengo lo acaricio, no porque ese rugoso pedazo de madera me trae su recuerdo. La rutina es algo que no tiene principio ni fin. Cada Sábado vienen mis padres , mi padre me mira como enojado, y dice cosas que no entiendo, mi madre me acaricia, me sonríe, y siempre , cada sábado cuando la veo lloro , lloro en silencio, no como cuando me separaron de mi amor , ahí lloré a gritos a golpes a desesperación. Los demás días los paso pensando en ella y preguntándome por qué nos separaron. La rutina es algo que no tiene principio ni fin. 

Leonardo

1 comentario:

Hannia dijo...

Este me gusto mucho!