viernes, 30 de marzo de 2007

Yo maldigo

En mi última hora, maldigo la injusticia que la vida me otorgó, maldigo los días de sufrimiento al ver a mis padres enfermos, cuando otros los tenían sanos , maldigo los días que no tenia ni novia, cuando a otros, se les daba todas, malditas las horas de estudio, repasando cosas que nunca usaría, y ahora se pueden encontrar en Internet, malditos mis músculos, que nunca pudieron vencer a los que odio, malditas las enfermedades, que se ensañaron conmigo, maldita la fortuna que nunca se acordó de mi, y me hundió siempre en la miseria, maldito el rencor, que nunca se aparto de mi, maldita la lujuria que siempre me acompañó, maldito los amigos, que nunca lo fueron , malditos los familiares egoístas, que me rodearon en todas las fiestas, maldito el sentimiento, que nunca me dejo ver las cosas en positivos, malditas las mujeres, que nunca vieron en mi un adonis, malditos los hombres, que nunca descubrieron en mi un hombre de confianza, maldita las religiones, que truncaron mis posibilidades de satisfacer mis bajos instinto, maldito el gobierno, que puso leyes contra la libertad, maldita las leyes, que penan el asesinato, impidiendo que hiciera justicia por mi propia mano, maldita la buena suerte, que jamas se entero de mi existencia, maldito los que tienen plata, y no te dejan posibilidad de igualarles, malditos los pobres, que pululan en todo el mundo, malditos los mentirosos, que mienten en su beneficio, maldito los que dicen la verdad, matándote las ilusiones, malditos los que tienen cara de bueno, por que de ellos vienen las injusticia de las elecciones, malditas que las ame, y no me amaron, malditos los compañeros de trabajo, que por atrás eran alcahuetes de los patrones, malditos los sindicalistas, que mientras nosotros trabajábamos, ellos vagaban.
Faltan pocos minutos para entregar, y maldigo todo lo que veo, todo lo que recuerdo, me voy feliz de irme, y no me importa donde, al menos me voy maldiciendo con la cabeza alta, sin temor al mas allá, criticando lo que no me gustó, y no hocicando cagado de miedo.
yo maldigo, hasta que mi voz no sea oída, yo maldigo, hasta que mi cerebro pueda, yo maldigo, hasta mi ultimo suspiro.

Leonardo

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